31.5.14

All in.

Y veo que se mueven las olas del mar como se suceden las páginas de un libro olvidado a la intemperie. Me pregunto, ¿cuánto más? ¿Cómo de grande debe ser una sensación antes de dar paso al vacío?
No hay más que nubes, mire donde mire. Nubes, nada más. Un amplio abanico de grises que acaba en blanco. ¿No caben más colores en un cielo así? ¿Es acaso esto el vacío, tan pronto? Y el reloj da vueltas, y da vueltas con mi cuerpo. Gira, se recompone y después traspone. Los brazos, al gris claro; las piernas, al gris oscuro; la cabeza, en el blanco. ¿La cabeza, en el blanco? El bajo vientre, en el blanco. La cabeza, en las nubes.
Ésta es mi última partida.