26.1.11

Llamémoslo disgusto airado.

Tengo hambre. El frío me recorre las entrañas. Estoy sedienta, de calor. Me faltó valor para...
Dame tres minutos. Al cuarto, vacilarás y marcharás. La vergüenza se esconde tras las puertas de casa. Se tiñe de persiana si baja el rubor de tus mejillas. Me das hambre, y me quitas las ganas de cocinar. Maravillosas las intenciones de aquel que soñaba con el patíbulo del placer.
Mientras me arranco la piel, ya sé que no soy nada sin un diccionario. Pero esto no durará mucho más, porque tengo hambre.

18.1.11

Pruebas.

A mis letras no les hacen falta etiquetas. Me comí el mundo de las definiciones, quise socavar mi realidad. Quise socavarla y lo hice. Lo hice y reinventé mis sueños. Que ilusión son y se confunden con mi vida. Me duermo y pierdo. Gano y pierdo.
Sumergida en agua, hasta la cintura. Bañada en aceite, hasta el cuello.

9.1.11

Ansias de anotar.

Arden los rincones, y ardo yo también (presa del reloj que no me deja dormir).
Adiós a los horarios. Antes de echar a correr, cerré los ojos y me paré a respirar. Ahora sé qué fue aquello que me comió por dentro. Ácido, amargo, aterrador.