30.3.13

Tedio.

No sé qué hacer con un "te quiero" en los brazos. Yo sólo dispongo de palabras y de las sombras que mis huellas dejan sobre el camino. Llega el viento, y las huellas se deshacen. Me quedo armada de palabras. Se aproxima la vorágine, y quedo muda. Mi única piedra es entonces el silencio.
Los días se suceden con el aplomo de un viejo señor inglés que ha olvidado cómo preparar un té. Aguantan, impecables, hasta conectarse a un altavoz y depurarse por completo. Aguantan, soportan, se abstienen. Leen a Agatha Christie por temor a que alguien los lea a ellos. Porque de la lectura viene el análisis, y del análisis la devastación. La destrucción y el asolamiento. Al fin llega el mayordomo, se cae el telón y los días se desangran. Y se suceden con la ligereza del sueño de un caracol.
Suaves brisas de primavera.

No hay comentarios: