Sigo volviendo a tu cama cada vez que las cosas se me quedan feas. Es esa fina manta que me echo por los hombros en la orilla de una playa. Es suave, y me gusta -sólo- cuando roza mi piel. Sólo me gusta si roza mi piel.
Sigo siendo un ovillo de recuerdos.
Sigo siendo un ovillo de recuerdos.
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